Busquemos la paz en Cristo Jesús… Y sigámosle en su camino.

Porque:
El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.
‘1ra de Pedro 3:10-12’

Busquemos la paz en Cristo Jesús…
Y sigámosle en su camino.

Que en este nuevo día Dios llene de sus bendiciones nuestras existencias, y que podamos todos despertar a su verdad y nacer en su vida verdadera; también bendiga toda palabra que escriba, haciendo de ellas su instrumento de bendición para todos; En el nombre de Jesús, Amén.

Leemos que fue escrito:
Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.
‘1ra. a los Corintios 14:20’

Vemos a diario tantas interpretaciones de la palabra y su forma correcta de ser aplicadas a nuestras vidas; y muchos olvidan por completo que solo Jesús es la manera correcta de vivir para Dios, guardar sus mandamientos y ser verdaderos cristianos.

Es curioso que muchos sean tan capaces de notar las faltas en los demás; muchas veces sin ni siquiera ser reales, pues solo lo son en su imaginación. Y ser a la vez tan ciegos para notar sus propios defectos.

Santiago nos enseña diciendo:
Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
‘Santiago 1:26-27’

Tenemos que ser consciente de las tentaciones y su consecuencia que es la muerte; más sobre todo lo que hace daño al hombre y la mujer; cuidemos nuestra lengua y su maldición en lo que sale de la boca o escribimos, de la abundancia de nuestro corazón nacen estas cosas.

Santiago también nos enseña:
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
‘Santiago 1:13-16’

¿De qué manera pues apartaremos el mal de la ira, la contienda, la envidia y todos los demás de nuestros corazones? Dejando que Dios obre y buscando de ser el Jesús por el cual fuimos instruidos; y de quien debemos buscar igualar en proceder para desarrollar el potenciar dado en nuestra semejanza.

Tenemos que aprender a confiar en Dios, a bastarnos de su fuerza. Jesús obraba milagros por la gracia y la fe sin dudas en Dios; no por sí solo, no hasta que todo fue consumado y ya por la gracia de Dios fue dada toda potestad. Pero esto nos enseña claramente que Dios nos dio el potenciar para sí creemos con fe y le pedimos su fuerza y ayuda hacer grandes cosas.

Santiago también nos dice:
Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
‘Santiago 1:16-17’

Ten FE en Dios…
Su gracia sea manifestada en nuestras vidas.

Ten siempre pendiente:
Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores.

Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.

Porque el que dijo:
No cometerás adulterio, también ha dicho:
No matarás.

Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.
‘Santiago 2:8-13’

Dejemos de enjuiciar a los demás; miremos nuestras faltas y para los que hayamos logrado en su mayoría apartar las visibles, luchemos por apartar de nuestro ser las que dañan desde dentro; las que solo Dios puede ver.

Leemos que fue escrito:
Hermanos, no murmuréis los unos de los otros.

El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.

Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú…

¿Quién eres para que juzgues a otro?
‘Santiago 4:11-12’

Es grandiosa la palabra de Dios; pues ella misma también nos enseña que debemos ser como niños que no ven color, raza o credo; más bien solo reconocen cuando alguien es malo y lo llaman: Malo. O cuando alguien es bueno y lo llaman: Bueno.

Pues a la verdad en el mundo solo hay dos clases de seres humanos: Los buenos y los malos.

Pero, solo está en Dios el juicio de los mismos. Por lo que aquellos que enseñan una doctrina que aparte a los hermanos o los distingan de los demás en la falla de la religiosidad; Anatema son a los ojos de Dios. Pues no buscan de las cosas de Dios, sino que hace su propia doctrina; para complacerse en su propia falsedad; pues solo una es verdadera: la de Jesús y su evangelio de vida, amor y liberación; el evangelio mandado por Dios.

Quienes niegan de la gracia, justificando su falta en la preferencia de credos; están faltando a la verdad misma que profesan. Quienes buscando guardar sus vidas, no den de lo recibido a los demás, no solo están ganando su muerte, sino que están robando a Dios de la verdad.

Usemos los dones dados por Dios con su sabiduría y finalidad; enseñadas por Jesús y su evangelio de salvación y bendición espiritual.

Para su estudio y meditación:
Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis. Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.

Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.

Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación.

Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablare con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?

Ciertamente las cosas inanimadas que producen sonidos, como la flauta o la cítara, si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la cítara?

Y si la trompeta diere sonido incierto…
¿Quién se preparará para la batalla?

Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire.

Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí.

Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia.
‘1ra. a los Corintios 14:1-12’

Seguimos creciendo en la sabiduría de Dios…
Obremos tal nuestro aprendizaje y conocimientos.

¡Ya tienes el llamado!

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Aparta la mirada de la mentira de este mundo y despierta de tu pereza espiritual. Dios quiere salvarte y darte una vida nueva y verdadera, para que todos los que escuchemos creamos y hagamos su voluntad, caminemos juntos a Él y que podamos ser otra vez, en el nuevo comienzo que se avecina.

Que todo el amor de Dios y su sabiduría llenen tu vida, mostrándote el camino correcto, haciéndote humilde y benévolo para con los demás.
-Edward Libre-

Que el amor de Dios y su paz sigan bendiciéndonos a todos y confortando nuestro espíritu, en el nombre de Jesús.

Amén.