“EGOISMO”

“EGOISMO”

De todos los tipos de egos y orgullos; raíces de nuestros egoísmos, uno es el más dañino de todos… El egoísmo que justificamos… el egoísmo que no reconocemos… El egoísmo que no queremos apartar… El egoísmo que negamos a los demás, aun así lo estemos negando a nosotros mismos…

Que en este bello día Dios germine en todos la buena semilla y traiga consigo frutos de consciencia y voluntad para el uso de la misma; con esta petición continuamos la predica de esta mañana, en el nombre de Jesús… Amén.

Bueno es nuestro amado Dios…
Bueno es nuestro amado redentor y Guía…
Buenas son las palabras de Dios…

¿Qué seguimos buscando?

Continuamos viviendo a espera de un cambio que haga la diferencia de esta; nuestra necesitada, pero pelafustana humanidad.

Actuamos como si buscáramos un final específico, cuando a la verdad no estamos seguro más que de aquello a lo que muchos quieren disimular y ocultar, aquello a lo que tememos…

La muerte física…

Un día llegara y nos pasara factura, reclamando este cuerpo que nos sigue atando al pecado, por nuestro egoísmo e hipocresía; mismo que se nos fue prestado para cuidar como el templo donde reposa la grandeza del don de vida dado por Dios, y que en nuestro egoísmo seguimos utilizando para nuestros fines, que son encaminados al pecado; donde solo ganamos muerte y seguimos robando a Dios. Indignos de este tan grande y bello regalo como lo es el don de vivir.

Orgullo seguirá siendo, al igual que la vanidad… condenas de muerte al espíritu; de muerte a la semejanza con la que Dios nos creó; para dar paso al ser anticristiano.

Para de esperar por los demás…
La diferencia puede comenzar ahora mismo para ti.
¡Aparta el egoísmo y la hipocresía!

Busca de las cosas de Dios; que son esas de abundancia y riqueza de vida espiritual.

Las que nos dan frutos de bienestar, trayendo solo cosas buenas; pues, el universo que Dios creo se mueve de esta manera: “Dándonos lo que le damos a cambio”.

Cuando cambiamos irremediablemente todo nuestro universo cambia a la par, sea para el bien que Dios quiere que coseches para ti guardando sus mandamientos… O de todo el mal y sus consecuencias que este mundo y su anticristo, quiere para tu mal y perdición.

Hoy leí en una publicación de mi hermano de sangre Diomedes Tineo que dice:
Pedir una disculpa, no significa que la otra persona tenga la razón, significa que valoras más una relación que tu ego.

Y es en esto donde encontramos la perdición de este mundo; en el orgullo, el rencor, el desamor, la arrogancia, la falta de empatía, en fin…

¿Cuántas vidas más, son necesarias que sean dañadas o destruidas, por todas estas cizañas arraigadas en los corazones apartados de Dios; incluso en muchos que no miran su interior aun ya estén en el camino; desvaneciendo su don y gracia por la hipocresía, donde el enemigo, sus mentiras y nuestro anticristo personar, trabajan de manera sigilosa en nuestra destrucción?

“EGOISMO”
¡Roguemos a Dios porque seamos librados de este mal encarnecido!

Seguimos bajo la construcción divina; a seres capaces de ver más allá del egoísmo y de sus propias vanidades y carnalidades; Seguimos creciendo en el amor que es Dios.

Leemos que fue escrito:
Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abominan su alma:
•Los ojos altivos…
•La lengua mentirosa…
•Las manos derramadoras de sangre inocente…
•El corazón que maquina pensamientos inicuos…
•Los pies presurosos para correr al mal…
•El testigo falso que habla mentiras…

•Y el que siembra discordia entre hermanos.
‘Proverbios 6:16-17’

Todos estos males, nacidos de nuestro orgullo y sus egos que nos hacen títeres de sus mentiras y nos atrapa por nuestra propia hipocresía. Dios líbranos de este mal proceder; apártalos de nuestros corazones, mentes y espíritus. En el nombre de tu amado hijo Jesús, amén y ¡Amén!

Recuerdo que en una ocasión, lleve a la iglesia a una joven; que viniendo del mundo de las drogas trataba de salir a delante, misma que el egoísmo de los demás seguía condenando con acusaciones de derrota como esta cuando le murmuraban diciendo: Mira a esta después que se cansó de está rodando, quiere priva de monja y santa.

Este tipo de comentario solo me molestaba en parte, pero cuando llegamos a la iglesia un hermano tomo la cartera de su esposa de manera que esta notara que era por ella que lo estaba haciendo. A esta joven ver el proceder de este hombre no encontraba donde poner la cara y al mismo tiempo sintió ira y odio hacia este por lo que salió de la iglesia.

Entonces no solo salió ella, sino que en ese tiempo no tenía la madures necesaria y salí junto con ella del salón para darle la razón de su enojo. Donde no solo aprobé el orgullo de ella, sino que saque a flote el propio, y por esta razón, por mi egoísmo en el orgullo, por el egoísmo de los demás, por el egoísmo del hermano que falto, hoy esa joven no sigue en la iglesia.

Seguí reflexionado por mucho tiempo en este caso, y aunque hubo veces que quise decir a este hermano lo indignado que estaba, nunca lo hice. A lo que agradezco de todo corazón a Dios, pues aunque el actuó de mala manera, mi orgullo me hiso actual aun peor.

Reconocer esto me ha tomado tiempo, pero la lección esta aprendida.

Por eso con toda autoridad hoy les digo… Aprendamos a ver las cosas y buscarles soluciones con propósitos para Dios y apartemos nuestro orgullo; cuidémonos de nuestros deseos y pensamientos, puede que el mal este en nosotros y no solo en los demás.

A este Varón le dejo la siguiente cita…
Para su estudio y meditación:

Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?
‘Santiago 2:1-4’

Por lo demás está en ti y tu voluntad de agrada a Dios, ya tienes el conocimiento.

Seguimos creciendo en la sabiduría de Dios…
Obremos tal nuestro aprendizaje y conocimientos.

¡Ya tienes el llamado!

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Aparta la mirada de la mentira de este mundo y despierta de tu pereza espiritual. Dios quiere salvarte y darte una vida nueva y verdadera, para que todos los que escuchemos creamos y hagamos su voluntad, caminemos juntos a Él y que podamos ser otra vez, en el nuevo comienzo que se avecina.

Que todo el amor de Dios y su sabiduría llenen tu vida, mostrándote el camino correcto, haciéndote humilde y benévolo para con los demás.
-Edward Libre-

Que el amor de Dios y su paz sigan bendiciéndonos a todos y confortando nuestro espíritu.

Amén.