“Sirviendo a los demás” Siendo el Jesús que debo ser...

“Sirviendo a los demás”
Siendo el Jesús que debo ser...

Que el amor de Dios guie esta escritura, sirviendo de edificación a todos los que la lean; en el nombre de nuestro amado mesías Jesús el Cristo, amén... y amén.

Leemos que fue escrito:
Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.

¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!

¡Cuán grande es la suma de ellos!
‘Salmos 139:16-17’

Seguimos agradecidos y continuamente orando porque nuestro amado Dios siga bendiciendo nuestras vidas con su amor... Seguimos construyendo en la voluntad de Dios para hoy, dada por su gracia a todos los presentes.

Siendo que somos hechos a su semejanza, Jesús nos muestra la verdadera finalidad del evangelio; Que es encontrada en doblegar nuestro EGO, y servir como Él lo hiciese a los demás. Jesús es cada uno de nosotros cuando obramos a su semejanza, cuando guardamos los mandamientos, cuando buscamos del agrado a Dios en nuestras acciones.

Jesús siendo el más grande de todos, no vino a ser servido; sino a servil. Mostrándonos una nueva forma de liderazgo, que cambiaría la percepción de todos y cada uno de nosotros; mostrándonos el verdadero amor y la verdadera compasión. Más allá de nuestra idea de lo que es la voluntad de Dios; Quien sigue esperando a que entiendas la grandiosa bendición que nos da, en sus mandamientos.

Jesús no espera que vivas egoístamente pensando que puede hacer Dios, tu iglesia o tu devoción a Dios por ti. Jesús espera a que despiertes en el servir, pensando que puedes hacer tú por tu iglesia y para la buena obra de Dios y por el evangelio de Jesús nuestro mesías.

Dios no envió a Jesús en busca de los sanos, sino de los enfermos. Escucha el llamado a la puerta de tu corazón y pídele entrar. Jesús es un caballero y espera a que le pidas que entre, nunca utilizara la fuerza, sino el amor, la misericordia y la justicia, para traer luz a tu existir; para darte vida.

Todos podemos llegar a ser como Jesús, todos fuimos capacitados para serlo. Pero seguimos: Unos cojeamos de un lado, otros nos arrastrándonos de otro. Pidamos a Dios conseguir la santidad de espíritu necesaria para poder en aquel día verle y ser dignos de su galardón de vida.

Basta de justificarnos; Luchemos, seamos persistentes y Dios hará en nosotros el milagro que muchos no llegan a tener la fe de creer para sí mismos. Y entonces no alabaremos solo de palabras, sino de espíritu y de hechos; tal cual nuestro maestro, tal cual Dios espera que hagamos al igual que Jesús.

Yo creo que puedo lograrlo...
Dilo con fe y cree en tus palabras...
¡Puedo ser lo que Dios espera!

Pido a Dios por constancia, fidelidad, aptitud, fuerzas, valor y todo lo necesario para que logremos ser lo que él quiere de nosotros, para poder servil a quienes necesiten aun su propio orgullo; no les permitan reconocer la necesidad de Dios en sus vidas, y de la necesidad con la que fuimos creados, los unos de los otros, de servir para sentir el verdadero propósito con el cual fuimos creados.

Seguimos siendo guiados por Jesús y su espíritu de verdad enviado a nosotros los hombres, pues somos todos hijos del espíritu y del amor que es Dios.

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
‘Romanos 8:14’

Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
‘Romanos 8:18’

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
‘Romanos 8:28’

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
‘Romanos 8:38-39’

Seguimos creciendo en la sabiduría de Dios…
Obremos tal nuestro aprendizaje y conocimientos.

¡Ya tienes el llamado!

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Aparta la mirada de la mentira de este mundo y despierta de tu pereza espiritual. Dios quiere salvarte y darte una vida nueva y verdadera, para que todos los que escuchemos creamos y hagamos su voluntad, caminemos juntos a Él y que podamos ser otra vez, en el nuevo comienzo que se avecina.

Que todo el amor de Dios y su sabiduría llenen tu vida, mostrándote el camino correcto, haciéndote humilde y benévolo para con los demás.
-Edward Libre-

Que el amor de Dios y su paz sigan bendiciéndonos a todos y confortando nuestro espíritu, en el nombre de Jesús.

Amén.