Una vez leí
que:
“Es mejor
prender una luz; que maldecir la oscuridad”
Pero
cuando es Dios que enciende nuestra luz, la luz de nuestro ser...
No es una
luz cualquiera, ni con un propósito cualquiera.
Cuando
nace una luz, también muere la oscuridad; solo que muchas veces también nace
una maldad nueva; pues las tinieblas no descansan en su egoísta naturaleza por arrebatar el control,
aun sea solo para destruir; sin una finalidad, ni un propósito.
Pero...
Cuando Dios nos da un don y lo usamos sabiamente para bien, su luz da muerte a toda
oscuridad presente; dentro de nosotros y a todo nuestro alrededor.
Siempre habrá
una nueva oscuridad por la envidia y la maldad en los corazones; sin respecto
por las leyes de Dios, sin amor por Dios ni por sí mismos, sin la fijación en
la necesidad de agradar a Dios, para que en ello encontremos nuestro propósito
de ser y nuestras vidas.
Nunca ningún
tipo de oscuridad, podrá con la luz por pequeña que esta sea. ¿Acaso no se
prende una pequeña vela y alumbra toda una habitación? Pero, tenemos que tener
presente que la luz que nace de la consciencia y el amor por Dios y por sus
cosas; es única, verdadera y eterna y su propósito no es destruir, sino el
salvar.
Jesús
dijo:
Así alumbre vuestra luz delante de los
hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que
está en los cielos.
‘Mateo 5:16’
Constituirnos
seres de luz es motivo de enemista con la oscuridad de este mundo. Pero nuestro
Dios seguirá sosteniendo nuestra diestra, guiado nuestros pasos y recargando
nuestras lámparas, para que nunca más sean apagadas y silban para alumbrar el
camino; no solo a los que las llevan, sino a quienes siguen sus pasos; por el
camino que nos conduce por la verdad de Dios dada en Jesús; que es el camino
del amor verdadero; de la consciencia divina; de la verdadera devoción a Dios; Y
de nuestro verdadero propósito de ser.
Esta
guerra dará su fin; tarde o temprano.
Estas dos
fuerzas del bien y el mal colisionaran; terminando así con este conflicto de
siglos; en que nuestro mundo, nuestras vidas y nuestra relación con Dios siguen
en caos; Batallando una guerra santa; donde Dios busca dar por gracia a todos
de su amor, aun muchos no lo comprendan, o no vean la buena voluntad de Dios en
darles la oportunidad de no perecer como la oscuridad.
Vemos la
buena voluntad de Dios; que busca cambiar las cosas a mejor para todos y
restablecer un orden; sin la necesidad de que el caos residente perezca, como
ha de ser en presencia de la luz divina, sino encuentran sanidad a su maldad y
oscuridad.
Una vez escribí:
Si enciendo
una luz, muere la oscuridad.
Aun no sea
esta mi intención.
-Edward
Libre-
Hoy veo
con claridad el propósito de Dios en estas palabras.
Cuando
Dios haga presencia, los malos perecerán.
Aun no sea
esta su intención.
Leemos que fue escrito:
Habéis ya olvidado la exhortación que como
a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina
del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él;
Porque el Señor al que ama, disciplina, y
azota a todo el que recibe por hijo.
‘Hebreos 12:5-6’
Por lo cual, levantad las manos caídas y
las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que
lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado. Seguid la paz con todos, y
la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
‘Hebreos 12:12-14’
Hoy recapacitemos en esas palabras y
despertemos a la luz del evangelio de Jesús, que no solo sana nuestro espíritu y
restablece nuestra relación con Dios, sino que nos exhorta a dar de la luz que
por gracia ya hemos recibido.
Somos seres hechos a semejanza de Jesús y
como tales, seres de luz. Cree en Dios y reconócele en todo cuanto esta dicho y
hecho, y falta por hacer.
Jesús dijo:
Vosotros sois
la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni
se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y
alumbra a todos los que están en casa.
Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
‘Mateo
5:14-16’
Resplandece
en la verdad y el amor de Dios; dado en su gracia para que seamos libres, vivamos
en verdad, y podamos ser semejantes en amor a Jesús; de quien seguimos
buscando, recorriendo su camino.
Seguimos creciendo en la sabiduría de Dios…
Obremos tal nuestro aprendizaje y conocimientos.
¡Ya tienes el llamado!
- • -
Aparta la mirada de la mentira de este mundo y despierta de tu pereza espiritual. Dios quiere salvarte y darte una vida nueva y verdadera, para que todos los que escuchemos creamos y hagamos su voluntad, caminemos juntos a Él y que podamos ser otra vez, en el nuevo comienzo que se avecina.
Que todo el amor de Dios y su sabiduría llenen tu vida, mostrándote el camino correcto, haciéndote humilde y benévolo para con los demás.
-Edward Libre-
Que el amor de Dios y su paz sigan bendiciéndonos a todos y confortando nuestro espíritu, en el nombre de Jesús.
Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario