“El Águila y el Caracol”

“El Águila y el Caracol”

Un águila real iba volando orgullosamente, Vio un pequeño caracol en los llanos cerca de la catarata del rio que salía de su montaña.

Esta orgullosa descendió y con tono prepotente dijo al pequeño caracol:

-Ves la sima de esa montaña, soy señor y dueño de la misma, lástima que no puedas volar para subir y ver todo desde lo alto.

El pequeño caracol con vos débil pero seguro de sí mismo contesto:

-No hay ningún, problema puedo subir.

¡Insolente!
Grito el águila colerizada por el atrevimiento del caracol.
¿Cómo piensas que puedes hacerlo?

Pero luego de pensarlo dijo al pequeño caracol:

-Atrévete a subir y entonces creeré que alguien tan insignificante como tú, es capaz de cosas tan asombrosas.

Y el águila voló y se poso en la cima de la montaña, de donde miro al pequeño caracol a lo lejos emprendiendo su travesía.

Pasaron las horas…
Pasaron los días…
Pasaron las semanas…
Pasaron los meses…
Pasaron los años y no había seña del pequeño caracol…

El águila orgullosa empezaba a pensar que el arrogante caracol había perecido en aquellas montañas, cuando de repente empezó a notal que aquel al que ya daba por muerto subía sigilosamente las últimas de las rocas para llegar a la cima.

El águila le pregunto:

¿Pero cómo es que has podido?
¿Cómo si no puedes volar?

¡Arrastrándome!
Grito el pequeño caracol con lágrimas de alegría brotando de sus ojos…

¡Arrastrándome!
Grito nuevamente.

Tu pensaste en tu orgullo que yo nunca podría, pero hubo uno que murió por mi y que me mostro como se hacía. Y que con fe todo lo puedo, ¡ves mi cuerpo! lleva en el las marcas de todo el camino cuesta arriba, pero nunca desistí pues sé que mi redentor me seguía y no soltaba de mi cuando menos yo podía.

En una desorientado retrocedí casi medio camino, pero regrese y continúe pues Jehová seguía conmigo.

Pues he subido arrastrándome. He tardado mucho, pero como tengo paciencia, no me ha importado esta tardanza y por fin he llegado hasta aquí.

Ya no eres más el dueño y señor de esta montaña…
Ahora también es parte mía y de quien grita a mi corazón:
¡YO sustentare tus días!

La vida se va haciendo, momento a momento, día a día, año a año.

Cada día tendremos la oportunidad de mejorar.

Cada día es un regalo que Dios pone en nuestras manos. Todo dependerá de nuestro esfuerzo, nuestra paciencia, nuestra ilusión y nuestra fe...

¡Vive en plenitud el día a día!

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
‘Isaías 41:10’
 
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
‘Josué 1:9’

Seguimos creciendo en la sabiduría de Dios…
Obremos tal nuestro aprendizaje y conocimientos.

¡Ya tienes el llamado!

- • -

Aparta la mirada de la mentira de este mundo y despierta de tu pereza espiritual. Dios quiere salvarte y darte una vida nueva y verdadera, para que todos los que escuchemos creamos y hagamos su voluntad, caminemos juntos a Él y que podamos ser otra vez, en el nuevo comienzo que se avecina.

Que todo el amor de Dios y su sabiduría llenen tu vida, mostrándote el camino correcto, haciéndote humilde y benévolo para con los demás.

Que el amor de Dios y su paz sigan bendiciéndonos a todos y confortando nuestro espíritu, en el nombre de Jesús.

Amén.